
¿Cómo puede ayudar la Inteligencia Artificial al turismo?
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
Datos de viajeros, reservas aéreas, hoteles, consumos energéticos, tarjetas de crédito… La Inteligencia Artificial nos está pasando por encima como un tsumani. El volumen de información que se genera cada día hablando sobre este campo crece exponencialmente. Noticias en medios, foros, blogs, fondos europeos, legislación… No obstante, ¿qué es realmente la famosa IA?
La IA es un campo que abarca distintos ámbitos: desde la matemática y la estadística, hasta la computación y programación o el campo del negocio. Este conjunto de técnicas, que pretenden simular el comportamiento cognitivo humano, tiene como objetivo la mejora de la eficiencia en los procesos, la toma ágil de decisiones fundamentada en datos y la automatización de tareas que, de otro modo (por volumen de información) sería imposible gestionar.
Desde un punto de vista más conceptual, podríamos dividir la Inteligencia Artificial en varios subcampos. En primer lugar, el Machine Learning, o Aprendizaje Automático (que estudia cómo dotar a las máquinas de capacidad para aprender a través de datos puramente numéricos). Dentro de este campo, se desarrollaron unos modelos denominados redes neuronales (que intentan imitar las redes de neuronas de un cerebro biológico) y que dieron pie al campo del Deep Learning o Aprendizaje Profundo. Este campo, busca simular capacidades cognitivas humanas como la visión, el lenguaje, el entendimiento del texto, audio… De hecho, se podría decir con total seguridad que, actualmente, el 99% de las soluciones de Inteligencia Artificial se basan en Aprendizaje Profundo.
Y es precisamente ahí donde reside el potencial de la IA: capaz de trabajar con datos no estructurados como la imagen, el vídeo, el texto, el lenguaje aplicando una serie de metodologías y algoritmos con unos resultados que ninguna otra tecnología es capaz de replicar.
Ahora bien, ¿cómo podemos aplicar estas tecnologías al turismo?
Allí donde hay datos que analizar podemos aplicar técnicas de Inteligencia Artificial, y precisamente el sector turístico cuenta con gran cantidad de información. Sería inabarcable enumerar todos los proyectos que pueden abarcarse con estas herramientas. Por ello, vamos a hablar de algunos en los que, desde Deepsense hemos trabajado.
Por poner ejemplos, aplicaciones como la predicción y evolución del número de visitantes a un destino son abordables desde el punto de los modelos de Inteligencia Artificial. Y eso no queda únicamente ahí. Estos problemas son extrapolables a inferir la demanda de huéspedes en hoteles y alojamientos, aforos en festivales, museos o eventos, así como adelantarse a las emisiones y consumos energéticos futuros para mejorar la sostenibilidad o monitorizar sensores para tener un mayor control de qué está sucediendo en el destino.
Pero eso no queda ahí. Si las técnicas de IA son capaces de abordar problemas relacionados con datos no estructurados, entonces podemos abordar problemas relacionados con texto. Uno de ellos es el análisis de sentimientos. Este tema puede sonar vacío, pero se convierte en fundamental cuando lo aterrizamos en la monitorización de la percepción de marca de un destino, de las opiniones que nuestros clientes dejan sobre nuestros productos o servicios y que pueden permitir personalizar y moldear la oferta para mejorar la experiencia de los usuarios.
Y si hablamos de personalizar experiencias, los sistemas recomendadores son los reyes. Estos modelos, capaces de trabajar tanto con datos numéricos como con imágenes, video o texto, permiten adaptar la oferta a las necesidades de los usuarios en base a sus gustos, intereses o necesidades. Así, son capaces de mejorar conversiones en agencias de viajes, dar una atención personalizada en las oficinas de turismo o personalizar la comunicación y el marketing.
En definitiva y mostrando únicamente la punta del iceberg de la analítica de datos, cualquier organización o empresa turística que cuente con datos, puede aprovecharse de este tipo de tecnologías para fomentar y dar un valor añadido a sus propuestas de forma ágil y alineada con sus objetivos de negocio.